jueves, noviembre 13, 2014

Héroes y villanos


Me he animado a escribir este post porque recientemente he leído una noticia que me ha indignado y emocionado a la vez. Me explicaré. Yo soy uno de esos aventureros (lo digo irónicamente) que se ha tenido que ir de España para mejorar si situación profesional. Como cualquier español contemporáneo, en más de una ocasión he criticado nuestra cultura, nuestra manera de pensar, de actuar, etc. En un principio eso para mi era un ejercicio de auto-crítica constructiva, buscando una no se muy bien que reacción en mi entorno o simplemente dejándome llevar por la moda de que 'lo español no mola'. Pues bien, estando lejos del país y viéndolo todo desde otra perspectiva (y por supuesto no cegado por ningún tipo de patriotismo) debo decir que estoy orgulloso de mi país y de la amplia mayoría de los ciudadanos. El hecho que me ha reafirmado completamente en ese sentimiento ha sido la lamentable situación de la enfermera infectada por el ébola, Teresa Romero. Lo primero que empezó a indignarme fue la manera de tratar la noticia. Esta parte (muy mal llevada por la prensa española) muestra el lado más vulgar de nuestra sociedad. Centrados en buscar un culpable o en imaginar situaciones a posteriori, la opinión pública hablaba de mala gestión del gobierno, de errores procedimentales y de negligencias en el sistema sanitario. Sin embargo nadie se preocupaba de que una persona, un ser vivo, una profesional que desarrollaba funciones arriesgadas, estaba a punto de morir. Si esto le hubiese ocurrido a un bombero o a un soldado, estaríamos hablando de héroes. En este caso, una simple auxiliar parecía no importar y nos ocupábamos de discutir sobre estupideces como que tuvieran que sacrificar a un perro. Esto fue el colmo de la frivolidad. La noticia del perro fue comentada en Inglaterra para hablar de la enfermedad. Mientras, otros casos de la enfermedad en países como USA, eran descritos con sumo detalle y respeto. Pues bien, como pocas veces pasa en la vida, un acto de justicia suprema se produjo con Teresa. La valiente enfermera, tras pasar días críticos, superó contra todo pronostico una enfermedad que hasta la fecha no tenía cura. O sea que los 'chapuzas' del hospital, los 'ineptos' de los médicos y 'aprendices de investigadores' habían logrado un hito histórico en la medicina. Un país que ha reducido su presupuesto en sanidad en un 35%, llegando a los 2.400 millones de dólares anuales, ha conseguido una cura que no ha podido encontrar otro país como Estados Unidos con un presupuesto de más de 960.000 millones de dólares ¿como es esto posible si en España estamos tocando la pandereta todo el día? Pues muy fácil, porque los trabajadores españoles somos de lo mejor que hay en el mundo. Y eso lo saben en muchos países, que cada vez más reclaman trabajadores españoles. Hemos aprendido a luchar en ambientes muy hostiles, sin quejarnos y mirando hacia delante. Siguiendo con nuestra labor e intentando llevar una vida personal más o menos decente. Como los trabajadores que han ayudado a Teresa. Si, porque como introducía al principio del artículo, esta semana he leído una noticia estremecedora. Interviú publicaba que los profesionales que atendieron a Teresa Romero trabajaron en jornadas de día y noche, ininterrumpidamente. Y lo peor, no es ya que arriesgasen su salud, es que lo hacían por ¡1200 euros brutos! Cuando cuento esto en mi entorno, creen que es una broma. Pues si, las personas de España están acostumbradas a sufrir. La mayoría son gente de la que estar orgullosa. Somos muchos más los honrados que los deshonestos. Con esos es con los que hay que acabar y conseguir que la vida en España sea mucho mejor, porque aunque suene a tópico, como mi país y por supuesto, sus habitantes, no hay nada en el mundo.