lunes, julio 18, 2005

A citizen in New York (Capitulo 6)

Hoy era un dia especial en la nación americana, era lunes 4 de Julio, dia de la independencia en EEUU o el día en que nació Tom Cruise como Mayte decia je, je... Habíamos planteado ir a Long Beach para salir un poco de los rascacielos de Manhattan y asi visitariamos un poco Long Island. En el hotel nos indicaron que en Penn Station pillaramos el Long Island Express Railway para ir para allá, se tardaba como una hora más o menos. En el tren se nos sentó una americana bastante simpática y nada cotilla, nos preguntaba acerca de nosotros y de donde éramos, por fin encontrábamos a alguien agradable en Manhattan. Le gustó mucho mi cámara lomográfica, allí no venden el invento ese. Enfrente estaba la típica chica adolescente que se tiró todo el viaje hablando por el móvil, no sabíamos que historia se traia pero por los gestos apostábamos a que el novio la estaba dejando, estaba como llorando. También nos daba la sensación de que se habia operado distintas partes de su cuerpo, en concreto se habia arreglado los pechos y los labios.

En Long Island cambian las cosas radicalmente respecto a Manhattan, hay pequeñas casas con jardines super cuidados y las calles son parecidas a esas series americanas que de pequeños veiamos, tales como 'Aquellos maravillosos años'. Nos encaminamos hacia la playa y antes de llegar nos encontramos a unos niños que vendian limonada en el porche de su casa, dios mio, eso creia que solo pasaba en las peliculas. En la playa creiamos que estarian los típicos chiringuitos para comer pero no es asi, en la playa solo hay playa y los chiringuitos están en el centro del pueblo. Asi que nos encaminamos para allá para poder comer. Eligimos justo el restaurante que regentaba el presidende de la asociación de profesionales españoles en New York, un tipo de Zamora muy agradable que nos comentó varios sitios en Long Beach y en Island Park para tomar tapas y hacer algo español allí. Se alegró mucho de ver a españoles por allí, en el restaurante me zampé una ensalada de camarones (langostinos es lo que eran) que estaba deliciosa.

Nuestra sorpresa saltó al ir a bañarnos a la playa, todos contentos con nuestros bañadores y resulta que hay que pagar 7 dolares por entrar en la playa, flipante el asunto. Pasamos del tema, nos dimos una vuelta y volvimos a la estación de tren para irnos de vuelta a Manhattan a celebrar el 4 de Julio. El viaje de vuelta en tren estuvo amenizado por una niña de apenas un año que asomaba su cabecita y nos decia Hi!!! y nos ofrecia la mano para cogérsela, fue el habitante más simpático de la Gran Manzana.

Ya en Manhattan nos arreglamos para ir a ver los fuegos artificiales que conmemoraban la fiesta de la independencia, yo me puse mi sombrerito de Frank Sinatra, optamos por bajarnos a la 1ª Avenida y en el edificio de la ONU vimos los fuegos artificiales, nosotros nos reiamos de la celebracion y mientras degustábamos un Milk Shake, que es un batido a base de leche y helado, el de fresa era como beberte un Frigo Pie. A la media hora terminó el petardeo y nos dimos una vuelta por el Midtown, en el Rockefeller Center habian puesto miles de banderas de EEUU, estuvimos en Times Square y estaba a reventar y el consumismo estaba haciendo su negocio a saco. En el Mac Donalds nos sorprendió ver a un tipo hispano que ya era bastante mayor y estaba recogiendo las mesas, como podía ser que un tipo tan mayor estuviese un 4 de Julio currando y hecho polvo, es la cara de la otra América que nadie te cuenta.

Finalmente nos bajamos al hotel por Brazil Street y notábamos como todo el mundo se iba recogiendo porque al dia siguiente había que ir a trabajar, por fin vimos en un día de tregua en los rascacielos, el capitalismo se desplazó hacia los negocios hosteleros. La Luna seguía sin aparecer, quizás estaba escondida en New Jersey.