Lost In Iceland (Día 5)
Después del día tan cansado anterior entre las visitas por la isla más la aurora boreal más salir por Reikjavik pues nos levantamos muy, muy tarde. Era nuestro último día completo en Islandia y yo la verdad es que estaba un poco triste al tener que dejar este sitio porque había encontrado mucha paz y tranquilidad allí. Antes de contar lo que hicimos ese día quería hacer un par de homenajes porque vienen que ni pintados. Durante la estancia en Reikjavik tuve un mensaje de Alicia diciendo que su abuela había fallecido, va desde aquí un homenaje para su abuela y un detalle para alguien como Alicia que tan buena siempre ha sido conmigo, una buena amiga. El segundo homenaje viene porque esta semana ha fallecido el ajedrecista americano Bobby Fischer, maestro de los maestros que vivía exiliado en Islandia. Un trago por un aunténtico genio que tenía el coeficiente intelectual de Einstein.
Como nos levantamos tan tarde pues directamente nos fuimos a buscar un sitio de comer, Reikjavik estaba muy tranquilo ya que era un día de fiesta y además fue el día que pasamos allí más frío, a los 5 minutos estabas helado yendo por la calle. Llegamos a un sitio que era un restaurante americano que ponían hamburguesas y estaba enfrente del Museo Nacional de Arte de Reikjavik pero nos dejamos de museos y pasamos a comer, en total como además era tarde había dos mesas ocupadas en todo el restaurante y era el típico sitio decorado como en las películas americanas donde van los chicos del instituto. La broma de la hamburguesa nos salió por 6000 pelas cada uno, es flipante lo caro que es todo allí. Al menos el servicio era muy bueno y salías muy contento de los sitios a los que ibas.
Relajadamente ya que habíamos cumplido casi todas las cosas que queríamos hacer allí nos dedicamos a visitar bares y dar paseos enfrente del oceano Atlántico, una de las cosas más representivas de la capital nos faltaba por ver y para allá fuimos, es la casa donde Ronald Reagan y Mikhail Gorbachov firmaron el final de la Guerra Fría, es curioso que fuera en Islandia porque en plena Guerra Fría en el año 72 se libró en Reikjavik el enfrentamiento en Fischer y Spassky por el campeonato del mundo de ajedrez y fue algo más que un enfrentamiento deportivo. La casita donde firmaron ambos presidentes está al lado del mar y es una casa muy bonita donde hay una placa en ruso y en inglés de lo que significó ese día para el mundo. No había ninguna vigilancia y nos hicimos todas las fotos que quisimos y en la parte trasera de la casa había una antena que también era un homenaje a la primera antena que hubo en el país o no se que movida. Nos pareció raro que el sitio no estuviese vigilado porque cualquier gamberro se puede meter en la casa pero claro, si piensas como son los islandeses que respetan las cosas pues es que no hace falta que se vigile porque no había ningun desperfecto en la casa. Son detalles que te hacen pensar que en el sur de Europa aún nos falta bastante educación, respeto y actitud hacia nuestro entorno.
Una vez vista la casa y helados de frío nos fuimos a nuestra querida calle central de Laugavegur y tomamos unas pintas en el bar de fútbol donde recuerdo que estaban repitiendo el Chelsea - Valencia de Champions, en el bar había banderas de equipos ingleses, los cuatro grandes de allí que son Manchester, Arsenal, Liverpool y Chelsea y luego banderas del R. Madrid y Barcelona. Seguimos bajando por Laugavegur y paramos para tomarnos algo caliente en el Kaffi Paris porque habíamos estado dando una vuelta por Austurvollur square y pelaba el frío al lado del océano que daba gusto, me tomé un té de canela que estaba super bueno. Pasamos antes por el Pravda que es un garito bastante famoso en la ciudad pero que solo abre los fines de semana.
Al terminar en el Kaffi Paris decidimos darnos nuestra última vuelta por Vesturgata bajando por la calle Austurstraeti donde hay un bonito edificio de correos y tiendas de bebidas que tienen un horario muy restringido. Detrás del famoso Kaffi Reikjavik donde estuvimos en el bar de hielo y cenando un día el buffet de pescado, nos encontramos con un bar español en la ciudad, el único que hay y que se llama Tapas, teníamos que probarlo para ver la visión de la gente de Islandia sobre nuestro país y además tuvimos la suerte de que estaba abierto porque a las 7 ya es hora de cenar en Reikjavik. Es muy curioso que te encuentres tan cerca del Ártico y ver una tortilla de patatas, había fotos de Joaquín Cortés y la carta estaba en castellano. Como para nosotros era muy temprano pues nos tomamos una cerveza, en España es una Coronita y allí es Corona, al igual que en México. Tampoco queríamos cenar allí porque si me quiero comer algo español pues para eso me lo tomo en España que más bueno me va a estar seguro.
Decidimos irnos para el hotel a cambiarnos e ir a cenar, este jueves en la Sala Nasa había un concierto que me hubiese gustado mucho ir pero viendo el panorama de que era tarde y que estos no les hacía ilusión pues no quise forzar y que hubiese discusiones. La Sala Nasa está Austurvollur square que es una de las plazas más bonitas de la ciudad y este día tocaban la artista de Boston, Kristin Hersch, y el grupo Blonde Redhead formado por una cantante de Kyoto y músicos americanos. Era un concierto pop y tenía muchas ganas de haber estado con los islandeses compartiendo un concierto pero pasa lo de siempre, como se sacan las entradas, mi inglés es pauperrimo, los otros con caras largas diciendo que que mariconada era eso. No me apetecía aguantar viejas historias que tuve en Japón. Recuerdo que también este día me llamó mi amigo Joserra desde Alcazar para quedar conmigo, le dije que estaba un poco complicada la cosa porque estaba en Reikjavik, que si se venía para allá quedábamos je,je,je...
Tras cambiarnos muy tranquilamente en el hotel nos fuimos a cenar, era un poco tarde y esperábamos que algo hubiese abierto y tuvimos suerte porque pensábamos ir a un argentino que hay en Laugavegur y estaban ya cerrando y nos admitieron. Nos comimos unos buenos bifés y nos pusimos de carne a base de bien, ya apenas quedaban 4 ó 5 personas en todo el restaurante. El camarero nos preguntó por la movida famosa de los dos apellidos en los españoles y brindamos todos por haber compartido un viaje tan bonito, al día siguiente Alfonso y yo ya nos íbamos para Madrid y David se quedaba un día para irse luego a Londres. Al salir del restaurante, que no recuerdo cuanto fue la bromica pero fijo que fue otra clavada, nos fuimos para la sala Nasa a lo del concierto que he explicado en el anterior párrafo, me hace gracia a veces las excusas de mis amigos cuando algo no les interesa como lo justifican. Llegamos sobre las 12 a la puerta de Nasa y como era de preveer la gente estaba saliendo del concierto. Era increíble la marabunta de personas que salieron de allí porque la entrada es una puerta como la de una casa y de allí no paraban de salir personas y personas. Estuve triste un momento porque no fuí al concierto y porque eran mis últimas horas en Reikjavik.
Nos fuimos a tomar la última copa por Laugavegur, cerca del Dylan había otro sitio muy chulo donde subes una escalera y hay muchas mesas donde la gente charlaba animadamente mientras oías música anglosajona en la mayoría de las ocasiones, allí me sentí muy a gusto y bebimos nuestra última copa en Islandia. Es curioso que me sienta más a gusto rodeado de gente extranjera como me pasaba en Reikjavik que cuando salgo en España, incluso me veo más cosas en común con esas personas a pesar de la barrera idiomática que con mucha gente de mi territorio, eso me hizo mucho pensar en este viaje. Mi conclusión ha sido que es cierto que tengo más cosas en común con esas personas y que doy gracias que en mi territorio tenga personas afines a mí que me comprenden y que así puedo estar aquí, lo que es la regla general pues no es nada afín pero en el futuro conforme avancemos ese aspecto mejorará. Y por supuesto en España hay personas que son importantes para uno y que no se van a tratar como un grupo sino como personas que son muy ricas en sus matices.
Nos dimos una pequeña vuelta para buscar más sitios abiertos pero como al día siguiente no era fiesta pues estaba ya todo cerrado y con el frío que hacía no aguantamos mucho, recuerdo que pasamos por el cafe Cultura que está en Hverfisgata y estaba cerrado, luego después he leido que ese sitio es mítico para los artistas islandeses y que allí hacen muchos conciertos. Creo que sólo quedaba abierto el Sirkus pero entre que no les gustaba mucho la idea y yo pensaba que a las 4 y media tenía que estar despierto de nuevo optamos por irnos a dormir un poco. Creía que ya no iba a ver la luna más en Islandia y por eso estuve triste un segundo pero todavía no hemos llegado al final.
Como nos levantamos tan tarde pues directamente nos fuimos a buscar un sitio de comer, Reikjavik estaba muy tranquilo ya que era un día de fiesta y además fue el día que pasamos allí más frío, a los 5 minutos estabas helado yendo por la calle. Llegamos a un sitio que era un restaurante americano que ponían hamburguesas y estaba enfrente del Museo Nacional de Arte de Reikjavik pero nos dejamos de museos y pasamos a comer, en total como además era tarde había dos mesas ocupadas en todo el restaurante y era el típico sitio decorado como en las películas americanas donde van los chicos del instituto. La broma de la hamburguesa nos salió por 6000 pelas cada uno, es flipante lo caro que es todo allí. Al menos el servicio era muy bueno y salías muy contento de los sitios a los que ibas.
Relajadamente ya que habíamos cumplido casi todas las cosas que queríamos hacer allí nos dedicamos a visitar bares y dar paseos enfrente del oceano Atlántico, una de las cosas más representivas de la capital nos faltaba por ver y para allá fuimos, es la casa donde Ronald Reagan y Mikhail Gorbachov firmaron el final de la Guerra Fría, es curioso que fuera en Islandia porque en plena Guerra Fría en el año 72 se libró en Reikjavik el enfrentamiento en Fischer y Spassky por el campeonato del mundo de ajedrez y fue algo más que un enfrentamiento deportivo. La casita donde firmaron ambos presidentes está al lado del mar y es una casa muy bonita donde hay una placa en ruso y en inglés de lo que significó ese día para el mundo. No había ninguna vigilancia y nos hicimos todas las fotos que quisimos y en la parte trasera de la casa había una antena que también era un homenaje a la primera antena que hubo en el país o no se que movida. Nos pareció raro que el sitio no estuviese vigilado porque cualquier gamberro se puede meter en la casa pero claro, si piensas como son los islandeses que respetan las cosas pues es que no hace falta que se vigile porque no había ningun desperfecto en la casa. Son detalles que te hacen pensar que en el sur de Europa aún nos falta bastante educación, respeto y actitud hacia nuestro entorno.
Una vez vista la casa y helados de frío nos fuimos a nuestra querida calle central de Laugavegur y tomamos unas pintas en el bar de fútbol donde recuerdo que estaban repitiendo el Chelsea - Valencia de Champions, en el bar había banderas de equipos ingleses, los cuatro grandes de allí que son Manchester, Arsenal, Liverpool y Chelsea y luego banderas del R. Madrid y Barcelona. Seguimos bajando por Laugavegur y paramos para tomarnos algo caliente en el Kaffi Paris porque habíamos estado dando una vuelta por Austurvollur square y pelaba el frío al lado del océano que daba gusto, me tomé un té de canela que estaba super bueno. Pasamos antes por el Pravda que es un garito bastante famoso en la ciudad pero que solo abre los fines de semana.
Al terminar en el Kaffi Paris decidimos darnos nuestra última vuelta por Vesturgata bajando por la calle Austurstraeti donde hay un bonito edificio de correos y tiendas de bebidas que tienen un horario muy restringido. Detrás del famoso Kaffi Reikjavik donde estuvimos en el bar de hielo y cenando un día el buffet de pescado, nos encontramos con un bar español en la ciudad, el único que hay y que se llama Tapas, teníamos que probarlo para ver la visión de la gente de Islandia sobre nuestro país y además tuvimos la suerte de que estaba abierto porque a las 7 ya es hora de cenar en Reikjavik. Es muy curioso que te encuentres tan cerca del Ártico y ver una tortilla de patatas, había fotos de Joaquín Cortés y la carta estaba en castellano. Como para nosotros era muy temprano pues nos tomamos una cerveza, en España es una Coronita y allí es Corona, al igual que en México. Tampoco queríamos cenar allí porque si me quiero comer algo español pues para eso me lo tomo en España que más bueno me va a estar seguro.
Decidimos irnos para el hotel a cambiarnos e ir a cenar, este jueves en la Sala Nasa había un concierto que me hubiese gustado mucho ir pero viendo el panorama de que era tarde y que estos no les hacía ilusión pues no quise forzar y que hubiese discusiones. La Sala Nasa está Austurvollur square que es una de las plazas más bonitas de la ciudad y este día tocaban la artista de Boston, Kristin Hersch, y el grupo Blonde Redhead formado por una cantante de Kyoto y músicos americanos. Era un concierto pop y tenía muchas ganas de haber estado con los islandeses compartiendo un concierto pero pasa lo de siempre, como se sacan las entradas, mi inglés es pauperrimo, los otros con caras largas diciendo que que mariconada era eso. No me apetecía aguantar viejas historias que tuve en Japón. Recuerdo que también este día me llamó mi amigo Joserra desde Alcazar para quedar conmigo, le dije que estaba un poco complicada la cosa porque estaba en Reikjavik, que si se venía para allá quedábamos je,je,je...
Tras cambiarnos muy tranquilamente en el hotel nos fuimos a cenar, era un poco tarde y esperábamos que algo hubiese abierto y tuvimos suerte porque pensábamos ir a un argentino que hay en Laugavegur y estaban ya cerrando y nos admitieron. Nos comimos unos buenos bifés y nos pusimos de carne a base de bien, ya apenas quedaban 4 ó 5 personas en todo el restaurante. El camarero nos preguntó por la movida famosa de los dos apellidos en los españoles y brindamos todos por haber compartido un viaje tan bonito, al día siguiente Alfonso y yo ya nos íbamos para Madrid y David se quedaba un día para irse luego a Londres. Al salir del restaurante, que no recuerdo cuanto fue la bromica pero fijo que fue otra clavada, nos fuimos para la sala Nasa a lo del concierto que he explicado en el anterior párrafo, me hace gracia a veces las excusas de mis amigos cuando algo no les interesa como lo justifican. Llegamos sobre las 12 a la puerta de Nasa y como era de preveer la gente estaba saliendo del concierto. Era increíble la marabunta de personas que salieron de allí porque la entrada es una puerta como la de una casa y de allí no paraban de salir personas y personas. Estuve triste un momento porque no fuí al concierto y porque eran mis últimas horas en Reikjavik.
Nos fuimos a tomar la última copa por Laugavegur, cerca del Dylan había otro sitio muy chulo donde subes una escalera y hay muchas mesas donde la gente charlaba animadamente mientras oías música anglosajona en la mayoría de las ocasiones, allí me sentí muy a gusto y bebimos nuestra última copa en Islandia. Es curioso que me sienta más a gusto rodeado de gente extranjera como me pasaba en Reikjavik que cuando salgo en España, incluso me veo más cosas en común con esas personas a pesar de la barrera idiomática que con mucha gente de mi territorio, eso me hizo mucho pensar en este viaje. Mi conclusión ha sido que es cierto que tengo más cosas en común con esas personas y que doy gracias que en mi territorio tenga personas afines a mí que me comprenden y que así puedo estar aquí, lo que es la regla general pues no es nada afín pero en el futuro conforme avancemos ese aspecto mejorará. Y por supuesto en España hay personas que son importantes para uno y que no se van a tratar como un grupo sino como personas que son muy ricas en sus matices.
Nos dimos una pequeña vuelta para buscar más sitios abiertos pero como al día siguiente no era fiesta pues estaba ya todo cerrado y con el frío que hacía no aguantamos mucho, recuerdo que pasamos por el cafe Cultura que está en Hverfisgata y estaba cerrado, luego después he leido que ese sitio es mítico para los artistas islandeses y que allí hacen muchos conciertos. Creo que sólo quedaba abierto el Sirkus pero entre que no les gustaba mucho la idea y yo pensaba que a las 4 y media tenía que estar despierto de nuevo optamos por irnos a dormir un poco. Creía que ya no iba a ver la luna más en Islandia y por eso estuve triste un segundo pero todavía no hemos llegado al final.
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