Arigato Japón Shi Hi (Cuarto Día)
Ya estábamos en el fin de semana que queriamos pasar en Tokio y acostándonos el día anterior a las 7 de la mañana pues nos costó un mundo levantarnos pero había que hacerlo porque este sábado lo íbamos a pasar en el Shinjuku de Tokio, este barrio es donde más caro está el metro cuadrado en Japón, así que os podeis hacer una idea de lo que representa este barrio en Tokio, el cosmopolismo y capitalismo llevado hasta la idea más extrema. Por el poco descanso a mi me dolía bastante la cabeza y andaba bastante despistado pero la excursión mereció un montón la pena.
Directamente nos fuimos a nuestra querida y ya recorrida Yamamote Line hasta la parada de Shinjuku y aquí tengo que contar lo vivido en la estación de Shinjuku, por esa estación deambulan unas dos millones de personas al día, tiene 160 salidas diferentes y allí se concentran todas las alternativas de transporte público. Uno se lo puede imaginar pero hasta que no lo ve no lo cree, es imposible quedar en la estación de Shinjuku, hasta los mismos japoneses se equivocan. La estación en si es una mini ciudad con un montón de oferta en cuanto a tiendas, perfectamente puedes comer en la estación de Shinjuku.
Por suerte no nos perdimos porque teniamos claro que lo primero que podíamos hacer es ir a visitar el gobierno metropolitano de Tokio (Tocho mae), un edificio de unos 160m de altura al que podías acceder gratuitamente y contemplar las maravillosas vistas de la ciudad, veías a tu alrededor otros rascacielos al lado equipados con helipuertos y te sentías muy, muy pequeño. El sitio para ver los rascacielos era muy agradable porque además podías comer allí y un señor estaba al piano tocando música relajante. Abandonamos el edificio no sin antes yo subir otra vez porque me había dejado una de mis cámaras de fotos y paseamos un rato para ver los rascacielos desde abajo y a algunos entrábamos porque en los áticos había restaurantes donde podías comer, era una sensación muy rara que te tengas que transportar hasta el piso 54 para ir a comer. Al final nos entró el mal de altura y comimos en el sótano de uno de esos edificios en un restaurante italiano.
La tarde fue un poco molida porque entre la humedad y el dolor de cabeza no me dejaba disfrutar de lo bonito que me parecia el barrio, vimos una especie de procesión y de danza de unos tipos que iban vestidos de algo tradicional japonés pero no teníamos ni idea de que era, paseamos al lado de la casa de España en Tokio, entramos en el hotel Shinjuku Park Hyatt de Tokio, este hotel es un edificio muy bonito que además tiene dos atractivos, el primero son sus jardines que hay en las plantas 32-36 que no pudimos ver porque estaban en obras y el segundo es ya para los cinéfilos porque en los pasillos de este hotel es donde Bill Murray y Scarlett Johansson se conocieron en 'Lost in Translation'. Para finalizar la tarde llegamos hasta los grandes almacenes de Takashimaya Times Square para poder respirar un poco en el aire acondicionado de la asfixia que teníamos, hubo alguna queja que eso era igual que el Corte Inglés y cierto era pero en la calle no se podía estar.
Cuando cayó la noche a media tarde el Shinjuku se convierte en otro trasiego de personas que van en todas las direcciones, se encienden los neones y la ciudad cambia por completo, las calles están llenas de personas comprando de todo y curiosamente te sigue impresionando de que la ciudad está llena de máquinas de bebidas y no hay ninguna lata tirada por el suelo. Nos topamos con otra procesión tocando los tambores y era el mismo jaleo que si estuvieses en Callao en la campaña de Navidad, lo que pasa es que allí era finales de Julio y todo el mundo estaba trabajando.
Como el día había sido bastante caluroso decidimos ir al hotel a resfrecarnos para arreglarnos y salir de juerga el sábado por la noche tokiota. Para salir nos recomendaron hacerlo también por Shinjuku y hacía alla nos dirigimos otra vez. En una gran avenida de la salida Kabukicho de la parada de Shinjuku encontramos restaurantes de todo tipo y nos adentramos en uno que la carta sólo estaba en japonés y tenias que estar sentado en el suelo. Los camareros una vez más fueron muy amables con nosotros y nos calzamos el enésimo homenaje de comida japonesa que hicimos allí, tuvimos de todo, sushi, tempuras, carnes, etc... todo bien regado con cerveza Asashi de allí.
He de mencionar que la salida Kabukicho del metro Shinjuku es de las menos recomendables para salir de noche pero alla fuimos y no nos encontramos nada raro, eso sí, se notaba que no era muy recomendable, en la plaza había pintas muy raras, algún que otro yakuza paseando y mucha peña durmiendo en las aceras de la borrachera que tenían encima. Nos echamos un amiguete de NY que tenía una novia japonesa, intentamos buscar el Liquid Room que es un club famosete de allí pero que ya no estaba en el Shinjuku, así que en un pub irlandés (apuesta siempre segura en todo el globo terráqueo) nos tomamos las primeras copas de la noche. Los compañeros hablaron con una japonesa que se ofreció a enseñarnos la ciudad pero solo nos quedaba un día en Tokio, ella dice que vendrá por España, quien sabe a lo mejor un día nos la cruzamos por Madrid.
En el irlandés se nos hizo algo tarde y ya estaba abierto el metro, así que fuimos para Shibuya a ver si había algo abierto, en la cuesta de Dogenzaka había varias salas pero llegamos tarde y claro como no entendiamos lo que nos decían pues no nos dejaban entrar a ningún sitio, es más, los porteros nos daban tarjetitas mandándonos a Roppongi Hills que es la zona de marcha donde van los guiris a macrodiscotecas y por lo visto hay bastante desfase y es allí donde las japonesas van en busca de extranjeros. A mi ese plan no me seducía para nada, no voy a Japón para ir a una macrodiscoteca que sería igual que en Valencia y menos ganas me entraban de ver extranjeros borrachos, la mayoría ingleses haciendo el hooligan.
Como ya era de día de nuevo y otra vez nos dieron las 7 de la mañana algunos nos retiramos para ir a dormir desde Shibuya, me enfadé un poco conmigo mismo porque al no conocer el idioma y la manera de salir de los tokiotas sabía que delante de mí había salas y bares que eran de los más importantes de Tokio pero no había podido entrar debido a mi desconocimiento y eso me daba mucha rabia porque al estar en otro país siempre lo que intento es integrarme como si fuera otro más de la población de ese país y ese sábado por la noche no lo pude conseguir. Me mandaban como turista que era a Roppongi a hacer el canelo y yo quería entrar a los clubs donde van los tokiotas.
Directamente nos fuimos a nuestra querida y ya recorrida Yamamote Line hasta la parada de Shinjuku y aquí tengo que contar lo vivido en la estación de Shinjuku, por esa estación deambulan unas dos millones de personas al día, tiene 160 salidas diferentes y allí se concentran todas las alternativas de transporte público. Uno se lo puede imaginar pero hasta que no lo ve no lo cree, es imposible quedar en la estación de Shinjuku, hasta los mismos japoneses se equivocan. La estación en si es una mini ciudad con un montón de oferta en cuanto a tiendas, perfectamente puedes comer en la estación de Shinjuku.
Por suerte no nos perdimos porque teniamos claro que lo primero que podíamos hacer es ir a visitar el gobierno metropolitano de Tokio (Tocho mae), un edificio de unos 160m de altura al que podías acceder gratuitamente y contemplar las maravillosas vistas de la ciudad, veías a tu alrededor otros rascacielos al lado equipados con helipuertos y te sentías muy, muy pequeño. El sitio para ver los rascacielos era muy agradable porque además podías comer allí y un señor estaba al piano tocando música relajante. Abandonamos el edificio no sin antes yo subir otra vez porque me había dejado una de mis cámaras de fotos y paseamos un rato para ver los rascacielos desde abajo y a algunos entrábamos porque en los áticos había restaurantes donde podías comer, era una sensación muy rara que te tengas que transportar hasta el piso 54 para ir a comer. Al final nos entró el mal de altura y comimos en el sótano de uno de esos edificios en un restaurante italiano.
La tarde fue un poco molida porque entre la humedad y el dolor de cabeza no me dejaba disfrutar de lo bonito que me parecia el barrio, vimos una especie de procesión y de danza de unos tipos que iban vestidos de algo tradicional japonés pero no teníamos ni idea de que era, paseamos al lado de la casa de España en Tokio, entramos en el hotel Shinjuku Park Hyatt de Tokio, este hotel es un edificio muy bonito que además tiene dos atractivos, el primero son sus jardines que hay en las plantas 32-36 que no pudimos ver porque estaban en obras y el segundo es ya para los cinéfilos porque en los pasillos de este hotel es donde Bill Murray y Scarlett Johansson se conocieron en 'Lost in Translation'. Para finalizar la tarde llegamos hasta los grandes almacenes de Takashimaya Times Square para poder respirar un poco en el aire acondicionado de la asfixia que teníamos, hubo alguna queja que eso era igual que el Corte Inglés y cierto era pero en la calle no se podía estar.
Cuando cayó la noche a media tarde el Shinjuku se convierte en otro trasiego de personas que van en todas las direcciones, se encienden los neones y la ciudad cambia por completo, las calles están llenas de personas comprando de todo y curiosamente te sigue impresionando de que la ciudad está llena de máquinas de bebidas y no hay ninguna lata tirada por el suelo. Nos topamos con otra procesión tocando los tambores y era el mismo jaleo que si estuvieses en Callao en la campaña de Navidad, lo que pasa es que allí era finales de Julio y todo el mundo estaba trabajando.
Como el día había sido bastante caluroso decidimos ir al hotel a resfrecarnos para arreglarnos y salir de juerga el sábado por la noche tokiota. Para salir nos recomendaron hacerlo también por Shinjuku y hacía alla nos dirigimos otra vez. En una gran avenida de la salida Kabukicho de la parada de Shinjuku encontramos restaurantes de todo tipo y nos adentramos en uno que la carta sólo estaba en japonés y tenias que estar sentado en el suelo. Los camareros una vez más fueron muy amables con nosotros y nos calzamos el enésimo homenaje de comida japonesa que hicimos allí, tuvimos de todo, sushi, tempuras, carnes, etc... todo bien regado con cerveza Asashi de allí.
He de mencionar que la salida Kabukicho del metro Shinjuku es de las menos recomendables para salir de noche pero alla fuimos y no nos encontramos nada raro, eso sí, se notaba que no era muy recomendable, en la plaza había pintas muy raras, algún que otro yakuza paseando y mucha peña durmiendo en las aceras de la borrachera que tenían encima. Nos echamos un amiguete de NY que tenía una novia japonesa, intentamos buscar el Liquid Room que es un club famosete de allí pero que ya no estaba en el Shinjuku, así que en un pub irlandés (apuesta siempre segura en todo el globo terráqueo) nos tomamos las primeras copas de la noche. Los compañeros hablaron con una japonesa que se ofreció a enseñarnos la ciudad pero solo nos quedaba un día en Tokio, ella dice que vendrá por España, quien sabe a lo mejor un día nos la cruzamos por Madrid.
En el irlandés se nos hizo algo tarde y ya estaba abierto el metro, así que fuimos para Shibuya a ver si había algo abierto, en la cuesta de Dogenzaka había varias salas pero llegamos tarde y claro como no entendiamos lo que nos decían pues no nos dejaban entrar a ningún sitio, es más, los porteros nos daban tarjetitas mandándonos a Roppongi Hills que es la zona de marcha donde van los guiris a macrodiscotecas y por lo visto hay bastante desfase y es allí donde las japonesas van en busca de extranjeros. A mi ese plan no me seducía para nada, no voy a Japón para ir a una macrodiscoteca que sería igual que en Valencia y menos ganas me entraban de ver extranjeros borrachos, la mayoría ingleses haciendo el hooligan.
Como ya era de día de nuevo y otra vez nos dieron las 7 de la mañana algunos nos retiramos para ir a dormir desde Shibuya, me enfadé un poco conmigo mismo porque al no conocer el idioma y la manera de salir de los tokiotas sabía que delante de mí había salas y bares que eran de los más importantes de Tokio pero no había podido entrar debido a mi desconocimiento y eso me daba mucha rabia porque al estar en otro país siempre lo que intento es integrarme como si fuera otro más de la población de ese país y ese sábado por la noche no lo pude conseguir. Me mandaban como turista que era a Roppongi a hacer el canelo y yo quería entrar a los clubs donde van los tokiotas.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home