martes, diciembre 26, 2006

Arigato Japón

Hola a todos, ha sido bastante difícil ponerme delante del teclado para contar lo que fueron las vacaciones de este verano que las pasamos en Japón, difíciles por muchas razones. Realmente reconozco que este viaje ha cambiado mi manera de ser, de la perspectiva del trato hacía las personas, hacía mis amigos que han sido siempre importantes. No quiero hacer reproches en un blog, solamente voy a dar las gracias a quien realmente se las merece y por eso viene el título de la entrada al post. Quiero agradecer a la única persona en este mundo que a 20000 km de mi casa quiso compartir una cena conmigo en uno de los lugares que me parecen más bonitos del mundo, en Shibuya, no lo olvidaré nunca Dave.

Durante varios posts contaré este apasionante viaje, lo dividiré por días y por capítulos. Japón es un país de obligada visita para los amantes a los viajes y a la aventura, mezclas tradición y modernidad. Hay varios níveles de aventura, desde el mochilero hasta el viajante Mastercard, lo que no encontrarás apenas será al turista de guía que te lleva a los sitios.

Para preparar tal viaje hacen falta bastante preparativos, leer alguna cosilla, hacerlo por agencia de viaje porque pillar un vuelo es relativamente sencillo pero hay que tener sitios para dormir, comprar el Japan Rail Pass para poder viajar y tener algunas nociones que en la agencia te dan. Uno de los primeros tópicos que hay que romper con Japón es que allí no saben inglés, ellos lo intentan pero no saben, así que un poco vocabulario básico nunca viene mal.

En la agencia de Jal Tour me trataron bastante bien, las chicas fueron muy amables y dedicaron todo el tiempo del mundo a explicarme todo, estuve bastante horas con ellas y muchas dudas que tenia me las resolvieron allí, recomiendo este sitio si vas a viajar a Japón porque quizás resulte un poco más caro pero el trato es excelente y te dan todas las alternativas del mundo y eso no tiene precio.

El viaje fue a dos de los sitios fundamentales del Japón, Tokio y Kyoto, en Tokio pasamos 6 días y en Kyoto un par. Es un viaje corto pero intenso que si es para conocer algo Japón está perfecto, para profundizar necesitas al menos 3 semanas. El día 25 de Julio fue el embarque en Barajas para llegar al aeropuerto internacional de Narita en Tokio, previamente hay que hacer escala en el aeropuerto de Schipol en Amsterdam porque no hay vuelos directos a Japón desde España. El viaje como tal es un infierno pero por la bestialidad de distancia que te tienes que hacer, desde Amsterdam tienes 11 horas de vuelo a Tokio, el vuelo es cómodo y apenas vas con gente y no hay molestias. Las azafatas japonesas super simpáticas con nosotros, David y yo teníamos a dos justo enfrente nuestra y hablaron con nosotros y una nos contó que era de Kamakura y siempre estaban atentas por si queriamos algo, una de ellas, creo que se llama Tanabe era muy guapa.

Con un jet lag de narices llegamos al día siguiente a Narita, a las 14:30 del mediodia del día 26, los perros policía nos olisqueaban el equipaje y ya veías las diferencias de un nuevo mundo, los carteles en caracteres orientales, un calor húmedo exagerado y una educación extrema. Nada que ver con los controles de aeropuertos americanos, te trataban como a una persona y te ayudaban a lo que hiciese falta.

Tras pasar todos los controles y tardar como una eternidad debido al cansancio para cambio de moneda nos dirigimos al Narita Express no sin antes comprar unas tarjetas telefónicas porque allí solo operan móviles 3G. Pero todas estas historias continuarán en el siguiente capítulo que será nuestro primer día en Tokio.