domingo, enero 20, 2008

Lost In Iceland (Día 5)

Después del día tan cansado anterior entre las visitas por la isla más la aurora boreal más salir por Reikjavik pues nos levantamos muy, muy tarde. Era nuestro último día completo en Islandia y yo la verdad es que estaba un poco triste al tener que dejar este sitio porque había encontrado mucha paz y tranquilidad allí. Antes de contar lo que hicimos ese día quería hacer un par de homenajes porque vienen que ni pintados. Durante la estancia en Reikjavik tuve un mensaje de Alicia diciendo que su abuela había fallecido, va desde aquí un homenaje para su abuela y un detalle para alguien como Alicia que tan buena siempre ha sido conmigo, una buena amiga. El segundo homenaje viene porque esta semana ha fallecido el ajedrecista americano Bobby Fischer, maestro de los maestros que vivía exiliado en Islandia. Un trago por un aunténtico genio que tenía el coeficiente intelectual de Einstein.

Como nos levantamos tan tarde pues directamente nos fuimos a buscar un sitio de comer, Reikjavik estaba muy tranquilo ya que era un día de fiesta y además fue el día que pasamos allí más frío, a los 5 minutos estabas helado yendo por la calle. Llegamos a un sitio que era un restaurante americano que ponían hamburguesas y estaba enfrente del Museo Nacional de Arte de Reikjavik pero nos dejamos de museos y pasamos a comer, en total como además era tarde había dos mesas ocupadas en todo el restaurante y era el típico sitio decorado como en las películas americanas donde van los chicos del instituto. La broma de la hamburguesa nos salió por 6000 pelas cada uno, es flipante lo caro que es todo allí. Al menos el servicio era muy bueno y salías muy contento de los sitios a los que ibas.

Relajadamente ya que habíamos cumplido casi todas las cosas que queríamos hacer allí nos dedicamos a visitar bares y dar paseos enfrente del oceano Atlántico, una de las cosas más representivas de la capital nos faltaba por ver y para allá fuimos, es la casa donde Ronald Reagan y Mikhail Gorbachov firmaron el final de la Guerra Fría, es curioso que fuera en Islandia porque en plena Guerra Fría en el año 72 se libró en Reikjavik el enfrentamiento en Fischer y Spassky por el campeonato del mundo de ajedrez y fue algo más que un enfrentamiento deportivo. La casita donde firmaron ambos presidentes está al lado del mar y es una casa muy bonita donde hay una placa en ruso y en inglés de lo que significó ese día para el mundo. No había ninguna vigilancia y nos hicimos todas las fotos que quisimos y en la parte trasera de la casa había una antena que también era un homenaje a la primera antena que hubo en el país o no se que movida. Nos pareció raro que el sitio no estuviese vigilado porque cualquier gamberro se puede meter en la casa pero claro, si piensas como son los islandeses que respetan las cosas pues es que no hace falta que se vigile porque no había ningun desperfecto en la casa. Son detalles que te hacen pensar que en el sur de Europa aún nos falta bastante educación, respeto y actitud hacia nuestro entorno.

Una vez vista la casa y helados de frío nos fuimos a nuestra querida calle central de Laugavegur y tomamos unas pintas en el bar de fútbol donde recuerdo que estaban repitiendo el Chelsea - Valencia de Champions, en el bar había banderas de equipos ingleses, los cuatro grandes de allí que son Manchester, Arsenal, Liverpool y Chelsea y luego banderas del R. Madrid y Barcelona. Seguimos bajando por Laugavegur y paramos para tomarnos algo caliente en el Kaffi Paris porque habíamos estado dando una vuelta por Austurvollur square y pelaba el frío al lado del océano que daba gusto, me tomé un té de canela que estaba super bueno. Pasamos antes por el Pravda que es un garito bastante famoso en la ciudad pero que solo abre los fines de semana.

Al terminar en el Kaffi Paris decidimos darnos nuestra última vuelta por Vesturgata bajando por la calle Austurstraeti donde hay un bonito edificio de correos y tiendas de bebidas que tienen un horario muy restringido. Detrás del famoso Kaffi Reikjavik donde estuvimos en el bar de hielo y cenando un día el buffet de pescado, nos encontramos con un bar español en la ciudad, el único que hay y que se llama Tapas, teníamos que probarlo para ver la visión de la gente de Islandia sobre nuestro país y además tuvimos la suerte de que estaba abierto porque a las 7 ya es hora de cenar en Reikjavik. Es muy curioso que te encuentres tan cerca del Ártico y ver una tortilla de patatas, había fotos de Joaquín Cortés y la carta estaba en castellano. Como para nosotros era muy temprano pues nos tomamos una cerveza, en España es una Coronita y allí es Corona, al igual que en México. Tampoco queríamos cenar allí porque si me quiero comer algo español pues para eso me lo tomo en España que más bueno me va a estar seguro.

Decidimos irnos para el hotel a cambiarnos e ir a cenar, este jueves en la Sala Nasa había un concierto que me hubiese gustado mucho ir pero viendo el panorama de que era tarde y que estos no les hacía ilusión pues no quise forzar y que hubiese discusiones. La Sala Nasa está Austurvollur square que es una de las plazas más bonitas de la ciudad y este día tocaban la artista de Boston, Kristin Hersch, y el grupo Blonde Redhead formado por una cantante de Kyoto y músicos americanos. Era un concierto pop y tenía muchas ganas de haber estado con los islandeses compartiendo un concierto pero pasa lo de siempre, como se sacan las entradas, mi inglés es pauperrimo, los otros con caras largas diciendo que que mariconada era eso. No me apetecía aguantar viejas historias que tuve en Japón. Recuerdo que también este día me llamó mi amigo Joserra desde Alcazar para quedar conmigo, le dije que estaba un poco complicada la cosa porque estaba en Reikjavik, que si se venía para allá quedábamos je,je,je...

Tras cambiarnos muy tranquilamente en el hotel nos fuimos a cenar, era un poco tarde y esperábamos que algo hubiese abierto y tuvimos suerte porque pensábamos ir a un argentino que hay en Laugavegur y estaban ya cerrando y nos admitieron. Nos comimos unos buenos bifés y nos pusimos de carne a base de bien, ya apenas quedaban 4 ó 5 personas en todo el restaurante. El camarero nos preguntó por la movida famosa de los dos apellidos en los españoles y brindamos todos por haber compartido un viaje tan bonito, al día siguiente Alfonso y yo ya nos íbamos para Madrid y David se quedaba un día para irse luego a Londres. Al salir del restaurante, que no recuerdo cuanto fue la bromica pero fijo que fue otra clavada, nos fuimos para la sala Nasa a lo del concierto que he explicado en el anterior párrafo, me hace gracia a veces las excusas de mis amigos cuando algo no les interesa como lo justifican. Llegamos sobre las 12 a la puerta de Nasa y como era de preveer la gente estaba saliendo del concierto. Era increíble la marabunta de personas que salieron de allí porque la entrada es una puerta como la de una casa y de allí no paraban de salir personas y personas. Estuve triste un momento porque no fuí al concierto y porque eran mis últimas horas en Reikjavik.

Nos fuimos a tomar la última copa por Laugavegur, cerca del Dylan había otro sitio muy chulo donde subes una escalera y hay muchas mesas donde la gente charlaba animadamente mientras oías música anglosajona en la mayoría de las ocasiones, allí me sentí muy a gusto y bebimos nuestra última copa en Islandia. Es curioso que me sienta más a gusto rodeado de gente extranjera como me pasaba en Reikjavik que cuando salgo en España, incluso me veo más cosas en común con esas personas a pesar de la barrera idiomática que con mucha gente de mi territorio, eso me hizo mucho pensar en este viaje. Mi conclusión ha sido que es cierto que tengo más cosas en común con esas personas y que doy gracias que en mi territorio tenga personas afines a mí que me comprenden y que así puedo estar aquí, lo que es la regla general pues no es nada afín pero en el futuro conforme avancemos ese aspecto mejorará. Y por supuesto en España hay personas que son importantes para uno y que no se van a tratar como un grupo sino como personas que son muy ricas en sus matices.

Nos dimos una pequeña vuelta para buscar más sitios abiertos pero como al día siguiente no era fiesta pues estaba ya todo cerrado y con el frío que hacía no aguantamos mucho, recuerdo que pasamos por el cafe Cultura que está en Hverfisgata y estaba cerrado, luego después he leido que ese sitio es mítico para los artistas islandeses y que allí hacen muchos conciertos. Creo que sólo quedaba abierto el Sirkus pero entre que no les gustaba mucho la idea y yo pensaba que a las 4 y media tenía que estar despierto de nuevo optamos por irnos a dormir un poco. Creía que ya no iba a ver la luna más en Islandia y por eso estuve triste un segundo pero todavía no hemos llegado al final.

sábado, enero 05, 2008

Lost In Iceland (Día 4)

El miércoles fue sin duda el día más inolvidable que pasamos en la isla, nuestro día comenzó a las 7:30 de la mañana porque para este día teníamos contratada la excursión al Golden Circle, que es un circuito por toda la isla donde te enseñan todos los accidentes geográficos de este lugar volcánico. Los que nos conozcais sabeis que a nosotros como que madrugar no nos hace mucha gracia pero realmente merecia la pena el esfuerzo y a ello nos pusimos. Vino el autobús a recogernos al hotel y nos llevaron a la central de Iceland Excursions, preguntamos que si ese día se podría realizar la excursión por la noche a la aurora boreal y nos dijeron que si no pasaba nada raro que se haría. De paso como David se quedaba en Reikjavik un día más que Alfonso y que yo se pilló una sesión de masajes para el día que estuviese solo.

Partimos con el bús de la excursión y nuestra primera parada fue en la central geotermal de Nesjavellir que era un sitio de parada pues para tomarnos el primer café y así desperezarnos un poco, no había nada en especial que ver allí. Continuamos hacía Þingvellir que ese era el primer sitio impresionante que visitamos, es una gran pared donde está la división de las placas tectónicas de Europa y América, allí es donde se hace la típica broma de dar un saltito tipo Homer Simpson y dices, Europa, saltito, América. El desfiladero era impresionante, parecia que te habías metido en una película de Indiana Jones y allí fue la sede del primer parlamento democrático de Europa (el Alþingi) que se fundó en el 930. Los islandeses son muy nacionalistas y orgullosos de su tierra y el guía (que por cierto era el buen hombre simpático que nos llevó el domingo al Blue Lagoon) lo explicaba con mucho orgullo y alegría. Este sitio es donde alberga ahora la casa de verano del presidente del país, como decía el guía una especie de Camp David pero islandés. Estaba rodeado de Lagos super bonitos donde el agua era totalmente cristalina, veías el fondo del lago con toda nitidez. Eso sí, el frío que hacía allí a las 10 de la mañana era jorobado.

El autobús dio la vuelta para recogernos por la parte de atrás y así ir al siguiente destino que no iba a dejar de ser menos espectacular que el anterior, nos fuimos al resalto de agua de Gullfoss. En otro post subo unas fotos para que veais lo impresionante de este sitio, por un camino escarpado vas llegando a la cima del resalto y en mi vida he visto una pendiente de agua igual, había que ir con cuidado porque un mal paso y no lo cuentas, el agua te chapoteaba y eso te hacía pasar más frío pero no importaba porque lo que estaban viendo tus ojos es algo que pocas veces en la vida de una persona se puede observar. El guía nos indicó que en la colina arriba del todo había un restaurante y que tomáramos la sopa de allí, que además nos hacían descuento por ser de Iceland Excursions. Yo me quedé impresionado con el restaurante, era una casita de madera que decía yo, pero esto es el restaurante del fin del mundo, a partir de aquí ya no se puede llegar más lejos. Esto está perdido del mundo, te sentías como un personaje friki de una aventura gráfica. Tomamos la sopa y algo más porque ya era muy hora para comer y nos faltaban muchas cosas mas por ver.

La siguiente parada que esto parecía ya una etapa contrarreloj fue en uno de los sitios por los que se distingue Islandia de los demás países, fuimos a los geysers, aquí ya la cosa pasó a tomar un cariz más lúdico, eso sí, sin hacer el tonto que bien puestos están los carteles de no tocar que la temperatura del agua está en torno a la 100ºC, de hecho estaban ahí las fumarolas en plena actividad volcánica. Los geysers desde luego es una diversión para la infancia, te pones al lado del geyser mayor y esperas unos minutos, eso ves que va a reventar y tu ahí tan tonto esperándote, en cuanto crees que va a saltar sales corriendo como alma que te lleva el diablo. Como siempre y en toda excursión que se precie están los listos que en vez de ponerse por la cara delantera del geyser que sabías que nada te iba a pasar se ponían detrás y eso era apuesta segura de que el agua del geyser te iba a salpicar con el correspondiente quemazón por lo caliente que está. En fin, así son los crios.

Ya era por la tarde y pasamos a cosas mas relajaditas que llevabamos 4 horas dando vueltas, fuimos a una iglesia que era muy importante en la historia del país (muy antigua además), la historia que nos contó ni me enteré pero detrás de la iglesia había un bonito cementerio donde nos hicimos unas fotos, se llamaba Skálholt. Pasamos por el cráter volcánico más importante del país que se llama Kerið y por allí bajamos bastante lo que nos hizo que todo el autobús nos tuvieran que esperar porque nos gusta a nosotros mucho dar vueltas. Pero no se lo tomaron a mal, fueron 5 minutos, somos rápidos. Para terminar la excursión nuestro amable guía nos enseñó algo de la agricultura del país y un pueblecito donde las casa tenían sus pequeñas fumarolas y de donde sacaban el agua caliente directamente, sobre las 5 de la tarde ya estábamos de vuelta en nuestro hotel de Reikjavik.

Teníamos un par de horas para arreglarnos si nos pasaban a buscar para ver la aurora boreal, fuimos a la recepción del hotel y llamaron a Iceland Excursions para ver si la excursión de las nothern lights se realizaba y confirmaron que sí que se hacía. Con un alegrón impresionante a pesar del cansancio del día fuimos a comprar al 24 horas algunos bocadillos para llevarnos a la excursión y de paso compré tabaco y el único souvenir que me trajé de allí, una banderita del país que aquí la tengo enfrente de mi ordenador de mi casa y la veo siempre. El martes también compré souvenirs alcohólicos propios del país, El Topas que se llama en español la muerte negra, que es un líquido negro que te emborracha que no veas y que se bebe bastante allí y el Brennivin que es un líquido anisado blanco que también te pone a tono rapidito.

A las 7:30 vinieron a por nosotros el bús para ir a ver la ansiada aurora boreal. Como mucha gente se apunta a esa excursión antes pasamos de nuevo por la central de Iceland Excursions y en un gran autobús nos metieron a todos los que íbamos a la excursión, había latinoamericanos y sobre todo muchos ingleses. Esta vez nos tocó un guía escocés que el hombre era un espectáculo, te contaba de historias y un cachondeo, decíamos nosotros, este es un tío que han echado de Escocia por borracho que ya es duro que te echen de allí por eso y ha acabado desterrado en Islandia a enseñar la aurora boreal. Pero mira, mejor así porque fuimos todos en un tono distendido y se hace la excursión más amena. Para ver las northern lights es obvio que con el autobús teníamos que ir a la parte norte de Islandia y para ello hay que pasar por el impresionante túnel subterráneo que te lleva a la segunda ciudad de Islandia después de Reikjavik, es Akranes, ese túnel es el orgullo de la ingeniería islandesa y otra vez lo dijeron muy alegres y eso que el tío era escocés pero de llevar tantos años allí se sentía islandés.

A medio camino entre Akranes y nuestro destino se observaba un atardecer precioso en unas montañas que nos contó el guía algo sobre que se inspiró Julio Verne en su Viaje al centro de la tierra. Realmente ya el atardecer era muy bonito y te hacía sentir en paz contigo mismo (puede parecer una chorrada pero es para vivirlo). En un pueblo muy perdido paramos a tomar algo porque el viaje desde Reikjavik hasta la aurora dura unas dos horas y media, estábamos ya en pleno Ártico. El frío ya comenzaba a ser no soportable y tomamos algo caliente y comimos. La recomendación que te hacen para esta excursión es que lleves ropa muy abrigada, pues no es una recomendación gratuita en absoluto.

Ya era de noche cerrada y por allí tres chicos de Alcázar andaban en un bús perdido por las montañas del Ártico, con los faros del vehículo veías las cabañas de los ganaderos islandeses y te preguntabas como podían vivir ahí, desde luego viven en uno de los sitios más tranquilos y aislados del mundo. Sobre las 11 p.m. y sin previo aviso mirando la luna del bus aparecen en el cielo unas luces que caen como por arte de magia, mirabas las caras a tu alrededor y veías emoción en los ojillos de la gente, tanto si eran mayores como si eran niños, porque también había niños. Mientras el escocés se puso en plan bohemio diciendo como que la aurora boreal es algo mágico y que trae prosperidad a los que la observan. Yo estaba muy feliz porque por fin pude ver la luna de Islandia y además observaba las luces del norte, algo que desde pequeño anhelaba ver y pude hacerlo realidad. A medio camino de la montaña a las que nos dirigiamos paramos para observar un rato las luces. Ya se veian bastante bien y el conductor del bús (que este sí que era islandés) me preguntó que si era la primera vez que las veía, obviamente viendo mi cara no hizo falta ni respuesta, se reía el hombre.

Por fin llegamos a nuestro destino y al igual que el restaurante de Gullfoss estabas otra vez en el fin del mundo, esta gente de Iceland Excursions lo tenían todo perfectamente controlado porque con cualquier mínima cosa te quedas tirado por allí y lo hicieron todo francamente bien. Paró el autobús y en la cima de esa montaña a unos -15ºC veíamos en todo su esplendor la aurora boreal, que cosa más bonita, realmente si que era algo mágico porque era como un espectro fantasmal que salía de la montaña y que incluso te creías que lo podías tocar. Hacía mucho frío pero te daba igual, aunque estuvieses congelado te quedas embobado mirando esas luces. Nosotros nos reíamos y decíamos, joder, lo conseguimos, mira que hemos tenido que pasar cosas porque antes de hacer el viaje hubo mogollón de problemas pero allí estábamos. Sí que mereció la pena el gran esfuerzo y lo repetiría las veces que hiciera falta. Es una de las maravillas del mundo que todos deberían ver.

La vuelta se hizo larga pero con la alegría de ver las nothern lights pues te da todo igual, mira que nos habíamos levantado a las 7:30 de la mañana y llegamos a nuestro hotel a la 1:30 de la madrugada pero no nos importaba. Al llegar a casa observamos que había mucha gente por la calle y nos extrañó que siendo miércoles todo el mundo estuviese por ahí. Resulta que como era el miércoles santo pues el jueves era fiesta nacional islandesa, el viernes santo no era fiesta pero el jueves sí y por eso había tanta gente por allí. Estabas cansado pero no ibas a desaprovechar la oportunidad de salir que había mogollón de fiesta y Fosi y yo pensamos que había que salir. Nos quedamos por Laugavegur y solo nos hizo falta ir a un sitio, al Dylan, estaba lleno hasta la bandera y las tarjetas de crédito volaban para pagar las consumiciones, el sitio nos encantó porque pusieron música muy buena, que si Tool, Primal Scream, Led Zeppelin, The Who, The Strokes, eso era la tercera juerga mundial, las chicas subidas por las mesas, el DJ puso a Molotov y nos saludaba diciendo, esos son españoles, una chica se tiro al suelo y se llevaba con ella a un chaval. También había cada islandesa que te quitaba el hipo y además fueron en todo momento muy simpáticas, tanto ellas como ellos.

A las 4:30 de la madrugada yo ya no podía más, llevábamos 21 horas despiertos con dos excursiones a las espaldas mas unas copas y unos cuantos cigarros, Fosi lo veía todavía con fuerzas pero ya dijo que por ese día ya estaba bien, que si quería nos íbamos al hotel. Nos fuimos a dormir con la sensación de que ese miércoles santo no se nos iba a olvidar nunca, además en Reikjavik sí que vi la luna ese día también.

viernes, enero 04, 2008

Lost In Iceland (Día 3)

El martes por la mañana nos levantamos con el ánimo de que las nubes desapareciesen y el caso es que sí que teníamos motivo de ilusión porque hacía mejor tiempo y en la televisión islandesa el pronóstico del tiempo era más halagueño, por cierto que la televisión de allí era como de otro mundo, ponían mucho curling, hablaban de balonmano y la programación era hasta la 1:30 de la madrugada, después ya cortaban la emisión, menos mal que allí también ven las televisiones extranjeras, uno de los motivos por el cual toda la población de allí se defiende perfectamente en inglés. Incluso sabían palabras españolas.

Como el día anterior ya habíamos dado muchas vueltas por el distrito 101 decidimos que lo mejor era aventurarnos y salir a la periferia de Reikjavik y ver lo que se cocía, total con lo seguro que es el sitio nada nos podría pasar. Nos encaminamos por unas cuestecillas y en 10 minutos ya estábamos en el distrito 104 donde visitamos una iglesia que el edificio era poca cosa para las escaleras de la entrada eran bastante atractivas, a lo lejos veíamos un complejo de una cúpula con cuatro columnas que nos indicó Alfonso que allí había cosas para ver. Así que para allá nos encaminamos. Al estar a campo abierto el frío que pasamos fue considerable pero ya no íbamos a dar marcha atrás y por caminos poco practicables llegamos a nuestro destino.

Resultaba que era una especie de mini centro comercial pero no como los que conocemos en España, en este por ejemplo por fuera había unas estatuas de unos soldados que eran un homenaje al soldado desconocido. Dentro teníamos un museo de los vikingos que tenía pinta de ser un poco chapucero y para 2000 pesetas pues no me apetecía y arriba del todo había un mirador desde el cual al estar en un elevado podías observar una bonita vista de la ciudad de Reikjavik enterita, se divisiba perfectamente la iglesia ortodoxa que el día antes habíamos visitado. Lo curioso es que a nuestras espaldas estaba el pequeño aeropuerto de Reikjavik !!! Habíamos llegado andando a prácticamente al aeropuerto de la ciudad !!! No es un aeropuerto comercial propiamente dicho, es más bien para uso doméstico y nos enteramos que para allá vuelas a las islas Feroe. No pudimos aguantar mucho rato en el mirador porque sino te quedas como un poco congelado. Dentro en la cafetería del centro comimos unos bocadillos muy tranquilamente y David se echó su café de rigor que bien le vendría para hacer el camino de vuelta.

Teniendo como guía la iglesia de la ciudad hicimos el camino de vuelta que pasamos por una especie de polígono que allí no pasaba ni el tato, después tuvimos que bordear un puente para ya por fin llegar a lo que es la ciudad y resulta que acabamos al lado del edificio de la Universidad de Reikjavik, no había mucha vidilla por allí, supongo que estarían de vacaciones. Por fin, encontramos un mástil con la bandera islandesa y ya pudimos hacernos unas fotos que es lo que ya se está convirtiendo toda una tradición en nuestro viajes, hacernos una foto a contrapicado con la bandera del país que visitamos. Si bordeas la Universidad sales por la parte de atrás de lo que es la iglesia y entonces ya estábamos en calles conocidas por nosotros del distrito 101. Como ya era por la tarde bien entrada pues nos acordamos de nuestro amigo escocés del Bushmills y fuimos a verlo un rato para soplarnos algo. Después pasamos por el Kaffi Amsterdam y llamamos al hotel con la esperanza de que nos dijeran de que hoy sí que íbamos a ver la aurora boreal, nos dijeron que no y un poco decepcionados nos encaminamos a casa para cambiarnos y pensar en otro plan alternativo. Antes de llegar al hotel pasamos por el 24 horas que hay en Verstugata para comprar alguna cosilla ya que teníamos cocina en el hotel.

Se nos ocurrió que el día antes habíamos visto la oferta de buffet libre de pescado del Kaffi Reikjavik, así que podríamos darnos un homenaje allí de manjares islandeses y luego después pasarnos por el concierto que se celebraba del festival de jazz de la ciudad. Recuperamos otra vez el ánimo y bajamos Laugavegur para llegar a Vesturgata y cenar en el restaurante de esté café, en el trayecto se nos pararon unos chicos holandeses y nos preguntaron donde estaba un irlandés al que el día anterior habíamos ido nosotros, así que los acompañamos, ya en el Kaffi Reikjavik nuestra amiga camarera polaca enseguida nos reconoció del día anterior en el bar de hielo y nos dió mesa para tres. Dentro del buffet pues tenías salmón, que a mí nunca me ha gustado pero ese me encantó, había pasta de acompañamiento, pasteles de pescados que no podría decir cuales son y muchas gambas. Los postres también eran bastante golosos y luego metimos la pata porque nos fuimos a por los licores y eso no se incluía en el precio. Nos pillaron la tercera vez que fuimos y nos cobraron sólo una consumición, es lo que yo llamo que nos saltó la alarma antipaletos pero que en ningún momento me arrepiento porque mucho buffet libre pero atención a la broma del precio, 7000 pesetas por cabeza, de nuevo seguíamos batiendo records en la isla.

La mayoría de los conciertos del festival de jazz eran en el hotel Nordica pero al concierto que nos dirigiamos nosotros era un otro garito, creo recordar que era el Babalú porque la calle era Skolavordustigur, menos mal porque el hotel Nordica nos pillaba un poco lejos y este sitio estaba muy cercano al hotel. El precio del concierto fue de 2000 pesetas, razonable para los precios que estábamos sufriendo durante nuestra instancia y es que por lo visto en Islandia el IVA es del 24.5%. La sala tenía muy buena pinta y era acogeradora, mucho cultureta se podía observar por allí y mucha rubia islandesa que te dejaba con la boca abierta. La música del concierto estuvo bien pero tratándose de blues y jazz en mi caso enseguida me harto pero aguanté todo el concierto, mis compañeros 20 minutos antes de acabar se fueron para hotel. El caso es que me dieron allí la 1:30 de la madrugada y estos se fueron para el hotel por el motivo de que al día siguiente teníamos una excursión contratada que partíamos del hotel a las 7:30 de la mañana y querían descansar un poco.

Yo me subí a casa sólo por Laugavegur y apenas había un alma por la calle en este martes santo, miraba al cielo y seguía sin poder ver la luna, otra vez algo triste por ese hecho pero en cuanto pasé a la habitación se me olvidó todo, ver a Alfonso haciendose unas tiras de bacon (que era carisimo) casi a las 2 de la madrugada me hizo gracia, por lo visto el buffet tan barato de pescado que horas antes nos habíamos comido en Kaffi Reikjavik no le había gustado mucho y quería comer. Al día siguiente todas nuestras dudas y temores se despejarían.

Lost In Iceland (Día 2)

Tras nuestra incursión nocturna en el Sirkus y haber descansado bastante que ya lo íbamos necesitando el lunes nos tomamos un día tranquilo para ver la ciudad de Reikjavik. Este lunes, primer dia del mes de Abril se supone que por la noche, a las 7:30 nos iria a recoger el autobús de Iceland Excursions para ver la aurora boreal o como dicen alli the northern ligths pero tal como había relatado en mis dos entradas anteriores el cielo nublado impedía ver las luces, así que la excursión fue suspendida hasta que el tiempo no se aclarase, hasta el jueves teníamos nosotros de límite.

Nuestra primera excursión por la ciudad (que no es un bar, que seguro que ya lo estábais pensando je, je...) fue a la iglesia ortodoxa de Reikjavik, está en la parte alta de la ciudad, y es una iglesia muy fea para que nos vamos a engañar, tiene forma de órgano con cada uno de sus tubos y dentro hay un órgano gigante, enfrente de la iglesia hay una estatua del descubridor de EEUU, un tal Eriksson, que por cierto paso a explicar como van los nombres en este país, es muy curioso. Eriksson es el hijo de Erik que le añade la partícula -son que es hijo. Asi por ejemplo si este tipo se llama Magnus Eriksson pues el apellido del hijo que tenga es Magnusson, y si tiene una hija sería Magnusdottir porque para las chicas se pone la partícula -dottir, y no están que si segundo apellido y con complicaciones varias. Así nos pasaba a nosotros cuando pagabamos con tarjeta, siempre nos preguntaban que si que los españoles teniamos 3 nombres, la de veces que tuvimos que explicar la historieta y además lo flipaban, diciendo, pues si que se complican estos.

Recorrimos después toda la calle Laugavegur para ver los comercios y empezamos a notar un sonido que nos seria muy familiar durante los días de estancia allí, cuando pasaban los coches como con un run run de apartar tierra, claro, mirábamos siempre al piso para ver que pasaba pero estaba limpio y es porque las ruedas en los coches allí llevan clavos y el contacto de los clavos con el asfalto produce ese ruido. Bajamos por una calle adyacente a Laugavegur y allí teníamos enfrente de nosotros el océano Atlántico y había al lado del mar una escultura como de un barco pero hecha con tenedores gigantes, una horterada bastante importante pero ya que estábamos pues nos hicimos las correspondientes fotos. Pasear por el distrito 101 (distrito centro) de Reikjavik sino hace mucho frío es un placer, te encuentras con un montón de grúas construyendo, carteles de sex shops, antros nocturnos de mala muerte que de día dices que ahí ni loco pasas y sobre todo lo curioso es la tranquilidad de sus calles, tu te podías meter en el jardín de una casa particular que nadie te iba a decir nada, allí no hay robos. En nuestra querida calle Laugavegur la tienen decorada para los visitantes, te podrías encontrar una bicicleta colgada del hilo de la luz, las casas tenían grafittis y te encontrabas muchos carritos de bebés porque allí los islandenses empiezan a trabajar muy pronto y también se casan a temprana edad. En Reikjavik no es nada raro ver a una chica de 22 años con un crio.

Nos quedamos a comer en esta calle y esta vez fuimos a un italiano normalito, ya era un poquito tarde y no era cuestión de estar dando vueltas y que al final estuvieran todas las cocinas cerradas, recuerdo que después de comer compré hojas de té que aún no he probado y luego después encontré un estanco, aleluya, ahora ya solo el tabaco me costaría 1000 pesetas del ala. Bajamos a la zona de Vesturgata para verlo con más detenimiento y allí se encuentran dos de los edificios más importantes de la ciudad, el Kaffi Reikjavik, que más adelante explicaré que es y el hotel 101 que se encuentra en Hverfisgata 10, que hotel más bonito, es como una casita de madera muy mona y allí es donde se alojan las principales personalidades que han estado en Islandia. Como ya estábamos algo helados por el frío y Kaffi Reikjavik estaba cerrado pasamos a tomar algo a un irlandés que había al lado. Tranquilamente relajados tomamos unos cafés irlandeses y otros pintas y Jameson, ahí de buena tarde ya soplando del frasco.

Seguimos nuestra excursión por la ciudad y llegamos a una zona de patos donde había como una especie de teatro, era una plaza muy bonita donde luego descubrimos que ahí está la sala Nasa, ya el frío te iba haciendo mella y descubrimos un garito de un escocés que nos gustó un montón, muy cerca del parlamento y de donde la noche anterior nos habíamos comido las langostas. Era un tío muy campechano y de ahí conocimos lo bueno que está el whisky Bushmills. Se acercaba la hora de la excursión y fuimos para el hotel a ver que pasaba con la consiguiente desilusión que nos llevamos.

Ya que no había nothern ligths pues nos dijimos que mejor seguir pimplando y bajamos otra vez a la zona de Vesturgata, me tomé un Manhattan en el Kaffi Paris y ya por fin vimos que estaba abierto el mítico Kaffi Reikjavik, este café es famoso porque tiene un bar de hielo dentro del propio café, así que a ello nos fuimos. Tardaron tanto en pasarnos al bar de hielo que a David le dio tiempo a subir al hotel para coger su cámara de fotos. Una vez dentro nos sirvieron una bebida roja que nosotros en plan cachondeo decíamos que nos habian puesto una zarzaparrilla, nos grabamos con las cámaras, nos sentamos en los bloques de hielo y la camarera que era de Polonia nos preguntaba que como éramos capaces de aguantar allí el frío siendo del sur de Europa, fue bastante divertido. Por cierto que la broma de la zarzaparrilla fueron 1400 pelas por barba, esto era una constante en el viaje.

En unos de los hoteles de la ciudad ese lunes se celebraba un concierto porque durante estos días se celebraba el festival de jazz de Reikjavik pero ya era muy tarde y ni siquiera habíamos cenado, lo dejamos para otro día. Esta vez ya cenamos en plan económico y fuimos al garito de kebaps para picar algo que ya con tanto alcohol no era plan de estar con el estómago vacío, nos quedamos con la copla de que en el Kaffi Reikjavik había un buffet de pescado que ya visitariamos otro día.

Nos fuimos a tomar la penúltima como se dice en estos casos y acabamos en un bar super raro, lleno de gente mayor y con tableros de ajedrez con fichas incluidas pegadas al techo de la pared. Molaba el sitio un montón porque era el auténtico bar de losers donde ponían buena música, la gente no te molestaba y con los tableros de ajedrez recordamos que el campeón mundial Bobby Fischer vive allí en Islandia. Tras terminar en el bar este desfilamos hacía el hotel y estaba un poco triste, no conseguía ver la luna de Reikjavik porque estaba nublado y la aurora boreal era una incógnita que nos quitaba el sueño.

jueves, enero 03, 2008

Lost In Iceland (Día 1)

Después de nuestra primera noche en Reikjavik brindando a las 4:30 por encontrarnos allí, fuimos para el hotel, al ratillo de estar acostados ya amaneció porque estando en Abril allí muy pronto se hace de día. Espero que alguna vez fuera de España encuentren el gran invento que son las persianas porque con las cortinas poco se puede hacer. El domingo precisamente no iba a ser un día tranquilo ya que antes de ir a Islandia ya contratamos unas excursiones para hacer por el país y el domingo teníamos la primera.

La empresa en cuestión es Iceland Excursions y escogimos nuestra primera excursión precisamente este día porque sólo la organizaban en sábado o en domingo y además nos pillaba bien porque la excursión comenzaba a las 12:30 y era una hora más o menos decente de poder levantarnos después de la juerga corrida la noche anterior. Iceland Excursions te recoje en tu mismo hotel, así que la comodidad estaba garantizada, el conductor fue muy amable con nosotros ya que no nos dió tiempo a comer, se lo dijimos y antes de ir a nuestro destino paró en un mini supermercado de las afueras para que pudiésemos comprar algo de comida que durante el trayecto nos comimos.

Las carreteras en Islandia son una pena y es debido porque este país es todo volcánico y para construir algo allí hay que armar una bastante gorda, de hecho te encontrabas grúas excavadoras por todo el camino, la impresión seguía siendo la misma del aeropuerto, paisaje árido como si estuvieses en una superficie lunar, seguíamos sin ver árbol alguno y cerca de nuestro destino ya no era carretera, era un camino de tierra rodeado de montañas negras y un paisaje de roca volcánica recubierta de verde musgo que era sorprendentemente fácil arrancarlo. Llegamos con nuestro vehículo hacía la cueva donde íbamos a hacer espeleología, nuestro guía nos dio nuestros trajes naranjas "Guantánamo", nuestros cascos y nuestras luces para encaminarnos hacia la grieta donde comenzaba el descenso a la gruta.

Nuestro guía se puso muy contento al descubrir que éramos españoles, decía que las cuevas de Nerja en Málaga son muy bonitas. La verdad es que no sé como lo hice porque después de la noche que nos pegamos con toda la resaca y sin apenas comer me meto por una gruta y ya me di cuenta para que era el casco, que por algunos recovecos había que incluso reptar ya que no había espacio. La anécdota que nos contó el guía fue que allí dentro había unos huesos de un cordero que se había perdido y nos los enseñó, nosotros hacíamos la coña de que esos huesos fijo que los había puesto allí los de Iceland Excursions para tomar el pelo a todos los excursionistas ja, ja, ja...

Después del esfuerzo de la espeleología había que relajarse y para ello nada mejor que ir a nuestro segundo destino, el Blue Lagoon que en islandés era Bla Lagoon, antes dejamos en sus hoteles a algunos excursionistas y recogimos a otros que se venian a este Lago Azul, a una chica tuvimos que ir a buscarla donde cristo perdió el gorro, vivía en una especie de granja de caballos y por allí todos los caballos sueltos. Además que el Blue Lagoon está lejillos, como a unos 100 km de Reikjavik.

Eso sí, el sitio es espectacular, de las cosas más bonitas que han visto mis ojos. Efectivamente como su nombre indica el agua es azul, es un sitio natural de aguas termales que lo han convertido en el orgullo islandés donde va todo el mundo a bañarse. La temperatura en el exterior era de unos 6-8 grados, así que imaginaros las ganas que teníamos de ponernos el bañador pero ahí fuimos y una vez que te metes en el agua te olvidas de todos los problemas que puedan existir, tienen una especie de barro gris que decían que era muy bueno para la piel, una cascada que era un gusto que te echabas aguas por los hombros. Había tambien una sauna tradicional vikinga y luego un par de saunas que una era de vapor como en plan turco y otra era más nórdica en plan modernillo. De vez en cuando hacían como un simulacro como que el volcán echaba vapor y estabas rodeado de montañas negras que daban un punto algo tétrico al lugar. La única pega que fue una constante durante toda la excursión es el olor del agua que tiene un tono totalmente de azufre debido a que ellos el agua la recogen de la actividad geotermal de la isla y de agua siempre están abastecidos, de hecho es lo único barato allí junto a la luz. Era un rollo ducharse en Islandia porque no olía nada bien y parecía que no estabas limpio.

Como anécdota del Lago Azul puedo contar que allí acuden muchas parejas a disfrutar del sitio y hay un personal del Lago que son como los socorristas pero que en el fondo son vigilantes para que ninguna pareja se pasé más de lo debido porque por lo visto ha habido algún caso, claro, el agua calentita y tu pareja allí dandote besitos pues enseguida alguno se ponía a tono ja, ja, ja... De hecho es que veías cada monumento por allí que ganas te daban de quedarte a vivir allí. Estuvimos 3 horitas en el lago relanjándonos y volvimos a Reikjavik de nuevo.

Como habíamos comido tan mal ese día debido a las excursiones nos decidimos dar un homenaje de gastronomía del país y que mejor en Islandia para comer, pues el pescado, en concreto el marisco. Cerca del parlamento islandés en concreto en la calle Bankastraeti está el restaurante Laekjarbrekka, todo muy cerquita de nuestro hotel bajando Laugavegur y al lado de la oficina de turismo islandés. El homenaje consistió en cigalas y langostas de la tierra tambien acompañadas por unas homónimas canadienses. Todo muy bueno y el sitio pijo a más no poder, un ambiente íntimo, muy silencioso con luz ténue y muy cuidado. La broma esta vez fueron creo recordar como 13000 pesetillas por barba, pero que muy bien gastadas. Al salir de allí decíamos que como siguieramos ese ritmo el martes no nos llegaba más que para comer kebaps.

Con el estómago relleno de marisco pues había que dar una vueltecilla y la verdad es que mucho frío no hacía, era aguantable y había algunos jovencillos por ahí también bebiendo, habría entre 4-5 grados. Dimos una vuelta por la plaza central de Reikjavik donde hay varios sitios que visitamos otros días, la zona de la calle Vesturgata es de lo mas chic de la ciudad. Laugeveur es la calle de las compras y Vesturgata es la zona de ocio y de encuentro. Acabamos muy cerca de nuestro hotel y eso porque el Barinn estaba ya cerrando y vimos el Sirkus que estaba abierto. Este bar es el sitio mas alternativo del país y es que es para verlo porque es muy cutre, es como una casa jamaicana desastrosa con dos plantas y todo desarreglado. Pues bien, allí se dan cita mucho de los músicos de Islandia, cualquiera día te puedes encontrar allí a Bjork, a un componente de Sigur Ros, a otro de Mum y diversos personajes de la cultura islandensa. He de reconocer que el sitio me gustó bastante, el DJ tuvo bastantes aciertos y alguna cagada y el ambiente me molaba bastante, las pintas más raras de Reikjavik te las encuentras en el Sirkus. Eso sí, los muy ladrones me sacaron 1500 pesetas por un paquete de Marlboro, mal negocio fumar allí.

Al salir de allí ya no veíamos a nadie por la calle y aunque todo tenía luz estaba cerrado (allí se dejan la luz encendida, total, no cuesta). Cruzamos la acera y subimos a nuestras habitaciones, todavía seguían las nubes y nosotros cada vez más temerosos de perdernos ver la aurora boreal, pero antes de dormir nos tomamos un jameson cola porque así se duerme muy bien porque en Laugavegur sinceramente con tanta tranquilidad se descansa estupendamente.

miércoles, enero 02, 2008

Lost In Iceland

Hola compañeros, tras una larga ausencia tengo por propósito este año 2008 contar todos los viajes que realizamos en 2007, nuestro primer destino es de los más exóticos de los que hemos estado en nuestras vidas, es Islandia, el país con la capital más meridional de Europa, Reikjavik. Un viaje que lo recordaré toda mi vida por la impresión que me ha causado el sitio.

Pero para empezar a relatar el viaje lo primero de todo y como es costumbre es mostrar mis agradecimientos y dar las gracias, en esta ocasión quiero dar las gracias y mostrar mi más sincero agradecimiento a Alfonso y David, porque hicieron que el viaje fuera agradable, estuvimos muy relajados y tranquilos y eso que el patio no andaba muy bien, pero esos 5 días en esa isla hicieron que fueramos amigos y que todos los pasasemos muy bien. Como podeis observar el título de los posts de este viaje se van a llamar 'Lost in Iceland', este título no es elegido al azar porque tiene su explicación. Primero porque no aprendimos nada de islandés, ese idioma es imposible de aprender, la única palabra que sé es Takk, que es Gracias y eso lo sé porque así se titula un disco del grupo islandés Sigur Ros y la segunda razón es que 'Lost in Iceland' es el título que le ponen a unas camisetas que se encuentran muchas en Reikjavik y que por lo visto está muy de moda allí.

Nuestra salida fue el sábado 30 de Marzo, para que te salga un vuelo un poco más barato a este país tienes que pasar una noche de sábado en Reikjavik y nosotros optamos por el sábado antes de la semana santa. El episodio de lo mal que lo pasamos en el aeropuerto de Barajas por cierto error al cancelarse billetes lo quiero pasar por alto porque esto es un blog para disfrutar de un viaje, solo advertir a la gente que lo lea que si alguna vez tiene un problema en Barajas acuda a Viajes El Corte Inglés, ellos tienen todas las conexiones de vuelo, el tío fue bastante eficaz con nosotros y montamos en un vuelo de British Airways destino a Londres para hacer la conexión allí con Iceland Air e ir rumbo a Islandia.

Una vez pasado el susto y llegar a Londres sanos y salvos allí nos encontramos con nuestro amigo David y en Heathrow pues que se puede hacer, pues tomarse unas pintas que de nuevo íbamos ilusionados a nuestro primer viaje por Escandinavia. En verano hay vuelos directos a Islandia pero durante el resto del año la conexión va a ser siempre con Londres, en concreto se pasa por el caos del aeropuerto de Heathrow. También es aconsejable pillar unas botellitas de alcohol en el duty free porque en Islandia el alcohol es muy caro y lo peor de todo, muy difícil de conseguir.

El vuelo con Iceland Air fue muy agradable y confortable, el avión te deja en el aeropuerto de Keflavik, cosa que es una putada porque está a unos 50 km de la capital y te ves allí a medianoche con tus maletas, un frío importante y lo que haces es pillar un taxi que nos costó la broma 18000 pesetillas de ná. Esto de las bromas va a ser una constante que iré comentando en sucesivas entregas, os vais a echar todos unas risas je, je... La primera sensación al salir del aeropuerto allí es indescriptible, te enfrentas a un paisaje lunar, desértico, sin ningún árbol y te crees que no estás en la tierra, hay mucho silencio y mirás al cielo temeroso porque estaba muy nublado y te dices que así es imposible ver la aurora boreal que teníamos programada para el lunes.

El hotel en Reikjavik estaba en la calle Laugavegur, un gran acierto por parte de Alfonso porque es la calle principal de esta ciudad, Reikjavik es la capital más pequeña de Europa, tiene apenas 180000 habitantes y nosotros que nos encontrábamos en la calle principal del shopping y el runtur (definición que utilizan los islandenses para mostrar sus cochazos) había casas y era todo muy pequeñito, nuestro hotel tenía tres plantas y era super coqueto, muy nuevo y muy bonito, ahí Alfonso estuvo muy acertado. Dejamos nuestras maletas y estando allí no íbamos a dejar de pasar la oportunidad de salir un sábado por la noche por esta ciudad, había oido mucha leyenda acerca de lo que era la juerga en Reikjavik pero no podía ni imaginar lo que allí pasa, es digno de vivirlo alguna vez en la vida.

Con un frío de narices nos fuimos a un puesto de perritos calientes que eran ya las 2a.m. y no habíamos probado bocado, previo paso por el cajero que allí se paga con coronas islandesas, todas las monedas de Islandia tienen la peculiaridad de que cada valor es un pescado distinto, ya que la pesca allí es la principal fuente de ingresos. La conversión nos resultó fácil, 1 corona = 2 pesetas. Bueno, dejemos de divagar y dar datos y vamos a la juerga. Los bares de allí son una auténtica olla a presión, las chicas te empiezan a pedir cigarros en español, los vikingos parecen fuera de si, bailas lo que haga falta, que si los Beach Boys, que si Franz Ferdinand, que si Kaiser Chiefs, la bebida parecia que volaba y los camareros llevaban aunténticas torres de vasos de pintas vacías. No se cabía pero daba igual, entraba más gente y no por orden riguroso de la cola, a empujones y luego lo gracioso es que dentro había mesas y sillas que dificultaban aún más que entrase gente.

La peregrinación fue por el Bar 11, donde la planta de arriba era imposible estar, hubo un momento donde no pisaba el suelo, el KaffiBarinn, bar en propiedad de Damon Albarn, cantante de Blur, todo indie cultureta del mundo que se precie tiene que pasar por ese bar donde se rodó la película '101 Reikjavik', bar 'Q' que es un irlandés cerca del Bar 11 que en la planta de abajo había actuaciones en directo, un grupillo estaba tocando versiones de Violent Femmes, Café Oliver que fue el primero que entramos e hicimos nuestro primer brindis en Islandia, fue el más tranquilito y con esto de tranquilo quiero decir que en este no hubo ningún nórdico hablándote con voz que te asusta pero que en el fondo son muy simpáticos y ninguna pinta acabó en mi camisa porque me habían empujado. En la cola (por decir algo) del Bar 11 nos encontramos con unos madrileños, querian entrar al KaffiBarinn pero les fue imposible, les colamos nosotros al 11 y con eso ya se dieron por contentos.

Sobre las 4:30 de la madrugada nos replegamos ya entre otras cosas porque fue un día muy cansado y agitado, además otra de las bromitas estas de Islandia es que la pinta te sale por 800 pesetillas de ná y la copa por unas 1200-1400 pesetas, así que no veas lo que cuesta salir por Reikjavik, no me extraña que lo que allí se estile es pagar las consumiciones con tarjeta de crédito, más de un borracho islandés se habrá llevado un susto cuando le llegué el extracto a su casa. Eso si, a pasar de su mala educación con los empujones por la falta de sitio me quedo con la simpatía de la gente de allí que mostró en todo momento, me encantó salir ese sábado por Reikjavik.